enero 13, 2011

En La Paz

La Paz, Bolivia

A inicios de octubre, en un martes cualquiera y al mediodía, Luis después de más de dos ańos vuelve a La Paz. Como es un día cualquiera, nadie va a recibirlo. Llegó en bus luego de hacer un recorrido estilo Che Guevara desde Buenos Aires -donde visitó a algunos amigos y conoció "en vivo" a otros- pasando por Yacuiba, Santa Cruz y luego de golpe hasta su ciudad. Hizo parar un taxi "7 luquitas" le dijo el chófer Luis se olvido regatear.

Los primeros días se la vive yendo de la cama al living auspiciados por el sorojchi. Que marica -pensaba- y antes se burlaba de los que sufrían mal de altura. Este sedentarismo le sirvió para vivirlo en familia, pasando las tardes echado en la cama de sus padres haciendo zapping y tomando pepsi "como antes".

Y al tercer día resucitó de entre los muertos. Puso una frase canchera en Facebook "Estoy en La Paz :)" que no dió el resultado esperado (4 me gusta y tres comentarios). Ese tercer día fue en la mañana a comprar pan para el desayuno (como lo hacía cuando era niño) y en la tarde se fue a pasear por el centro. Caminando sin rumbo como solía hacerlo. Se paró cerca al obelisco para levantar la mirada -como le gustaba hacerlo- hacia la avenida Camacho para ver el Illimani. Siguió bajando por El Prado y saludo con el brazo levantado a un amigo que caminaba en la acera del frente. Dicho amigo hizo la señal universal del "llámame" con los dedos pulgar y meñique. Luis pensó: Este tipo no se habrá dado cuenta que ya no vivo aquí. Llego a la fuente de El Prado, "El viejo tontódromo", ya las bocinas y el ruido le estaban poniendo nervioso entonces decidió volver a casa.

Comenzó a mandar mails para reunirse con amigos, también recibió otros para hacer lo mismo. Entonces su visita por La Paz se tornó en citas con amigos, salidas a tomar café, reuniones y demás.

Un sábado se fue a Tetekos para reencontrarse con sonidos y amigos. Bailo poco y se quedo generalmente hablando con el Luis Miguel en la puerta y haciendo bromas con aquellos que entraban al boliche. Se veía descansado y tranquilo. Al día siguiente fue a jugar fútbol con parientes y amigos para quejarse todo el tiempo por la altura y porque la pelota no dobla en La Paz.

Las salteńas lo llevaron al paraíso, comer perrohamburguesas o Hot Dogs de la María-María se hicieron obligatorios en sus noches por la ciudad. Se puso a buscar trabajo por curiosidad, como lo hizo en cada país y ciudad que visitó.

La excusa del viaje fue sorteada exitosamente, la tesis fue aprobada y se burlaba cada vez que lo saludaban, "dígame Licenciado". Celebración con mucho alcohol luego de la faena.

Y así se fue pasando Octubre y así se fue pasando su tiempo en La Paz, mientras él pensaba y dudaba si era lo correcto tomar el avión de regreso o no. La ciudad cada vez más lo seducía para quedarse. Los amigos, la familia, el sentimiento de pertenecer al lugar le rondaban siempre por la cabeza. Hasta le daba flojera bancarse 14 horas de vuelo "carajo, por qué nunca puedo dormir en los aviones" pensaba cada vez más.

Llegado el momento y ya casi a punto de tomar el radio taxi al aeropuerto tomo la decisión correcta.......

6 comentarios:

Unknown dijo...

Buen post!

Vania B. dijo...

En realidad no hay decisión correcta, simplemente decisión y consecuencias de la misma.

Lindo post!!

Unknown dijo...

Beto: Gracias che!

Vania: Claro! pero desde un punto de vista de autoconvencimiento, siempre es bueno decir que la decisión que se toma, en el momento que se la toma, es la decisión correcta. Digo, por si las moscas. Gracias por comentar.

Anónimo dijo...

La foto es espectacular... la decisión... qué se yo? Yo navego el óceano de las indecisiones desde hace un buen tiempo y a veces me hace falta salvavidas che. Lo importante es que cuando uno se decide, la indecisión se acaba y la decisión tomada es siempre la mejor.
Un abrazo,
Ana Rosa

Unknown dijo...

Ana Rosa: Yo ando por las mismas aguas, es bueno a veces pq la incertidumbre le da toque de aventura a la vida, pero tambien es desgastante. Un saludo hasta akisitos nomás

Anónimo dijo...

Lo importante es tomar decisiones, sin importar los riesgos, pues las indecisiones no llevan a ninguna parte.. es mas te mantienen en letargo.Saber si la decisión tomada fue la correcta o incorrecta, es muy difícil... ¡Continua tu aventura!
Un abrazo

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