Como el gran camarada de todos
@pepefuentes me ha venido a proponer escribir sobre como la gente deshonesta ha tratado de jugar con mi sensibilidad de buen hombre, serio, bien educado y por sobre todo galante (?). Tras pensar todo este fin de semana cuántas veces he sido timado por gente, pues creo que muchas pero creo que lo que ahora contaré es una de las asaltadas más divertidas (divertidas ahora obvio) que me han pasado.
El contexto es el siguiente: semanas antes había recibido una chaqueta impresionante de regalo. Me encantaba, iba con mi estilo. Era domingo y mi novia de aquel entonces se había quedado en mi casa hasta pasadas las 9 de la noche. En esas épocas vivía cerca a la Estación de trenes (por ende siempre que hablemos de Estaciones de Trenes, entenderemos que son barrios peligrosos). De hecho vivía "ahi a la vueltita de la Maternidad 18 de Mayo" donde (como dato inútil) también nací.
Bueno pues, pasadas las 9 de la noche tenía que acompañar a mi novia para que tome algo para su casa que vivía diametralmente en el lado opuesto de la ciudad. Con la flojera que me caracteriza y con el elegante atuendo que siempre he tenido. propúseme llevar a la novia a su parada para salvaguardar su integridad física. lógicamente yo iba sin un mango y solo en chompita por los calores internos que me caracterizan.
Mi madre tan, tan, tan como era ella siempre, me obligó con su vocabulario florido (más que florido diremos selvático) a que lleve algo más abrigado. Tome la chaqueta super espectacular y salimos.
El trayecto nos llevaría hasta la Avenida Montes, exactamente frente al Cine México. Todo bien, fuimos charlando como siempre todo bien. Como andaba sin dinero, volví a pie hasta mi casa (15 o 20 minutos a pie). Pasé por la Avenida Pando (hay estación de policía entonces es lugar peligroso), giré hacia Avenida América (only god knows how that place is) Tomé dirección Laboratorios Vita y subí hacia la Avenida República (detrás de la otrora Estación de Trenes).
A mitad de camino vi a un tipo meando detrás de una camioneta, no le preste importancia. De pronto, detrás de la camioneta salieron otros tres fulanos y uno detrás de un poste me cerro el camino. Listo esito sería todo, hasta aqui llegamos.
El tipo que me cerró el camino me preguntó si podía regalarme unas monedas. Como no tenía una sola moneda, obvio que no le mentí. le dije que no tenía nada e incluso le propuse que busque hasta "en mis adentros" ya que aparte de estar con mi pijama, no había llevado nada de plata.
El mismo tipo me dijo que le estaba mintiendo (por alguna razón, al estar rodeado por 5 tipos y haber sido meses atrás asaltado previamente en la esquina de mi casa, yo estaba súper tranquilo) y tomó mis gafas. Yo le explique que no le servirían ya que tenían graduación especial y sólo me servían a mí. Un segundo me pidió que me callara dándome una patada en la pierna. No dolió mucho.
Luego me pidieron otra vez que les dé mi billetera y toda mi plata. Yo tratando de interactuar con simios les dije otra vez que no tenía plata, que busquen. Les dije incluso que si tuviese dinero, les daría con gusto ya que ellos eran más y yo no era ningún héroe o algo por el estilo.
El mismo que me dió la patada y que además era el más grande de todos me propinó un golpe en la nariz (entendí que no te duele mucho la nariz cuando te llega el golpe, te duele después). Comencé a sangrar. Me pidieron que les diera mi chaqueta para que puedan comer hamburguesas. Con gusto me saqué la chaqueta ya que estaba comenzando a asustarme.
Les di la chaqueta y lanzaron mis gafas a un rincón y salieron corriendo. yo iba a mi casa y me encontré con mi primo en la esquina de mi casa con algunos chicos de mi barrio. Le conté que me habían asaltado (la sangre que brotaba de mi nariz al parecer no causaba impacto). Mi primo me conto dos cosas importantes esa noche, que 15 minutos antes le habían robado su gorra y que cuando pasaba por la calle vio que asaltaban a alguien pero que no penso que era a mi, jajaja.
Me preguntaron si mi novia estaba bien y los chicos de mi barrio (esos a los que yo nunca había hablado y que, de cierta forma, no les tenía aprecio y hasta los desconocía) fueron a buscar a los que me asaltaron. Soltaron uno o dos nombres de los posibles asaltantes y fueron muy amables conmigo.
No encontramos a nadie y mejor por que no sé que hubiera pasado si encontrábamos a alguien. Volví a mi casa y conté lo sucedido. Lógicamente mi mamá con las respuestas siempre al alcance, me puteó por haber llevado esa chaqueta y por haber vuelto a pie.
En fin, esa es la historia, a partir de ese día le tuve mucho mas miedo a la gente del que ya le tenía antes.