Historia de fútbol

1.
En el año de 2003 y en la universidad me tocaba tomar la materia más fácil de toda la carrera, Antropología Física I. Esta asignatura puede ser muy interesante con algún catedrático capaz pero en el caso de ese año, no pasaba eso. El cate era más malo que pegarle a la madre, lo que con un poco de astucia uno llegaba a obtener fácilmente 100 puntos en aquel semestre. Algunos amigos míos lo lograron.

La materia en sí era fácil porque básicamente no hacías muchas cosas. Aprender a sacar sangre a alguien; aprender a determinar qué tipo de sangre tienes; y lo demás era una clase de biología más. Nada fuera de lo común. Aparte, los exámenes los dabas con cuaderno/libro abierto (habían 3 exámenes, dos parciales de 20 puntos y un final de 30 y 30 presentación de fichas). Mi objetivo en aquella materia era lograr los 100 puntos.

Las clases son martes y jueves a las 8 de la noche. En clase paso con algunos amigos y ya otros ya la habían pasado silbando. No estaba mal después de todo. Podías comer, charlar, vamos lo que uno generalmente hace en clase pero con más soltura.

2.
Año de 2003 el Tigre (así con mayúscula) es el equipo más equilibrado del campeonato de la liga boliviana. En ocasiones brinda sendas goleadas y en otras nos deja con el corazón en la boca por los típicos resultados infartantes a los que nos tiene acostumbrado. En la liguilla para la Sudamericana el Tigre se paseo sin mucho esfuerzo pero en este caso es la Liga la que tiene que quedarse con nosotros después de 10 años de sequía de títulos.

En la segunda fase de la liga el Tigre ya da muestras de campeonar pero nunca se tiene que festejar antes de tiempo y los partidos que se avecinan dan cuenta de ello. Los dos últimos partidos son los decisivos, uno de locales frente a San José y el último en Santa Cruz frente a Blooming. Vamos punteros pero el Bolívar esta pisando los talones y cualquier error de cálculo nos puede dejar sin alegrías.

El penúltimo partido contra San José es el partido clave para mantener la punta y dejarnos a un paso de la corona. Por cuestiones de televisación el partido se juega un jueves. Por cuestiones de la vida, tengo un examen por 20 puntos en Antropología I. Tengo que decidir, por un lao, un 100 en la Universidad te da autoestima, por otro lado, la pasión, los amigos y ver un buen espectáculo no tiene igual. Toca decidir lo correcto.

3.
Durante toda la semana anterior al partido y al examen tuve un conflicto interno inigualable. Era como decidir entre desconectar al abuelo o no. Un 100 es un 100 aunque sea en zapatería bilingüe. El partido si los resultados se daban a nuestro favor nos daba el campeonato y eso también es importante.

Decidí moverme por el flanco de la conciliación. D 7ª martes, dos días antes del partido, después de clase de Antropología hablo con el profesor para pedirle si puedo dar el examen al siguiente martes porque “por una cuestión de cambio de horarios me veré imposibilitado de asistir a clases ya que tengo que viajar el día de mañana por cuestiones familiares. Usted entenderá”. El profesor, muy en su estilo me dio otra opción mejor para mí. “No te preocupes, si no puedes venir a clase, el examen final será por los puntos de este examen más”. Ya la tenía hecha, no podía creer en mi suerte y ya estaba preparando la garganta para gritar los goles.

4.
Noche de futbol, estadio lleno, curva sur del Hernando Siles colmada, mucha gente (mi primo y mi hermano) tuvo que ir a la curva norte por falta de espacio. Estoy con mi grupo de amigos de la universidad y mi novia de ese entonces. Fiesta completa, solo falta ganar.

Comienza una nueva batalla. El equipo de Oruro siempre da batalla en La Paz así que los nervios siempre están presentes. El Tigre ataca y la réplica es de los santos. 15 minutos de juego y el estadio se enmudece. San José marca el primero. Las ovaciones de inicio se transforman en gritos desesperados e insultos a los 25 que están en cancha. Minutos después el Tigre marca para el empate. Buena primera etapa.

En la segunda etapa el juego es igual con situaciones para ambos lados. El Tigre ataca más pero San José tiene réplica. Más o menos a los 25 ó 30 minutos San José vuelve a marcar. 2 – 1 y las esperanzas se caen. Recuerdo ver caras largas en las graderías y la cabeza que te da vueltas, recuerdo aquel silencio y pararme y darle la espalda a la cancha para patear ligeramente la gradería. Nadie habla y comienzan a consolarte con las típicas frases de perdedor: “es sólo un juego”, “tienes cosas más importantes en la vida”, “nadie te da un premio por que ganen o pierdan” y la que pensé “carajo, pude haber dado mi examen y tener un 100”…

Minuto 45 y la cancha está completamente inclinada hacia el arco norte que resguarda el equipo santo. La gente ha vuelto a alentar pero ya sin esperanzas hasta… ¡gol! Minuto 46, empate a 2. El árbitro ha añadido 4 minutos más. El Tigre no está muerto y se lanza al ataque con todo. El estadio entero ruge pero por alguna razón la pelota no entra. El árbitro está ya a punto de alzar las manos para terminar el partido hasta que una serie de rebotes le dejan la pelota a Villalba quién con más fuerza que clase la cuela en el ángulo derecho del arco. Minuto 50 y el estadio se cae a gritos. Ganamos 3 a 2. Todo el mundo se abraza. Yo logro abrazar a mis amigos, al fulano delante de mí, a una tipa que estaba sentada dos asientos más arriba. Fiesta total. El domingo siguiente salimos campeones.

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¿Sobre mi nota en Antropología? El catedrático se olvidó del trato y me dio como nula la nota del parcial. Nota final: 80, pero valió la pena.